"Obbatala y la sal"
En el palacio de Obbatala tuvo lugar a un banquete muy grande, el Orisha habia reservado para si el
ultimo plato de comida que sobraba, pues prefirió que los demás comieran y disfrutaran a sus anchas antes de hacerlo él.
Cuando ya Obbatalá se disponía a comer, se presentó Babalú Ayé el cual, por sus dificultades para caminar, no pudo llegar a tiempo.
Obbatalá le cedió gustoso la comida que quedaba y Babalú se sintió muy satisfecho. Ya todos se habían marchado, cuando Obbatalá le pidió a uno de sus cocineros que le preparara amalá con mucha cascarilla de huevo, pues estaba hambriento.
El sirviente fue presto a cocinar lo que se le había indicado, pero para su sorpresa descubrió que se había acabado la sal. –Perdone, Babá –dijo humildemente el hombre–, pero con tanto invitado que hemos tenido hoy, se ha acabado la sal. –Está bien –repuso el Orisha–, prepara mi comida sin sal.
Un rato más tarde, se sentó a la mesa y la comida le resultó tan agradable que dispuso que en lo sucesivo todos sus alimentos se cocinaran sin sal.
ultimo plato de comida que sobraba, pues prefirió que los demás comieran y disfrutaran a sus anchas antes de hacerlo él.
Cuando ya Obbatalá se disponía a comer, se presentó Babalú Ayé el cual, por sus dificultades para caminar, no pudo llegar a tiempo.
Obbatalá le cedió gustoso la comida que quedaba y Babalú se sintió muy satisfecho. Ya todos se habían marchado, cuando Obbatalá le pidió a uno de sus cocineros que le preparara amalá con mucha cascarilla de huevo, pues estaba hambriento.
El sirviente fue presto a cocinar lo que se le había indicado, pero para su sorpresa descubrió que se había acabado la sal. –Perdone, Babá –dijo humildemente el hombre–, pero con tanto invitado que hemos tenido hoy, se ha acabado la sal. –Está bien –repuso el Orisha–, prepara mi comida sin sal.
Un rato más tarde, se sentó a la mesa y la comida le resultó tan agradable que dispuso que en lo sucesivo todos sus alimentos se cocinaran sin sal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario